Tras un periodo de contracción económica, la **economía** de Argentina muestra signos de una mejora gradual y una **inflación** que tiende a moderarse. No obstante, la percepción de esta recuperación varía significativamente entre los diferentes grupos sociales, lo que exacerba las disparidades existentes.
El estudio "La Argentina ‘pesificada’ versus la Argentina ‘dolarizada’" de Moiguer examina esta situación, revelando una divergencia en los hábitos de consumo según los estratos socioeconómicos. El análisis destaca que los sectores de menores ingresos enfrentan restricciones financieras significativas, dificultando el acceso a bienes y servicios esenciales.
En contraste, los segmentos de ingresos más altos muestran una mayor propensión al consumo en dólares, incluyendo la acumulación de divisas, la realización de viajes y la adquisición de productos en el extranjero. Este comportamiento dual impacta directamente en los indicadores de ventas de diversos sectores.
Mientras que el consumo masivo permanece estancado, se observa un crecimiento notable en la demanda de bienes importados, bienes duraderos y el turismo al exterior. Los datos de Moiguer revelan que la mitad de la población declara tener dificultades para llegar a fin de mes, mientras que un porcentaje significativo se ve obligado a reducir gastos para cubrir servicios básicos.
Por otro lado, una parte de la población opta por la compra de dólares y un porcentaje menor realiza compras en el extranjero. Las estrategias de venta se adaptan a estas realidades, promoviendo el consumo fuera del país para aquellos con ingresos en dólares y ofreciendo promociones y descuentos para los segmentos más afectados por la **inflación**.
Se observa una mejora en la percepción de la **inflación**, aunque los ingresos aún se consideran insuficientes, especialmente en los niveles socioeconómicos más bajos. La brecha entre la **economía** dolarizada y la pesificada refleja las desigualdades persistentes en el país.